DIOS EN LA NUEVA ERA
Jul 16, 2021Durante siglos, la figura de Dios ha sido vista como una proyección humana. Hemos creído en Dios como en un ser con barba blanca que nos miraba desde el Cielo, valorando nuestros actos. Sin embargo, la visión de Dios ha cambiado mucho en los últimos años.
Dios es ahora un ser de luz, una luz inmensa. Es considerado la Fuente, el origen de la vida. Los más eruditos en la Nueva Era dicen que Dios es el origen de todas las cosas, el Universo mismo, considerando al Universo como todo lo que existe. Pero Dios es mucho más que todo eso. Dios es el Amor, la esencia que nos habita, el pegamento que nos une, la luz que nos hermana.
Oímos a Jesús en la Biblia diciendo que Dios es nuestro Padre. Hoy se añade que Dios es el Padre-Madre, porque es femenino y masculino a la vez. Dios es todas las cosas, todos los seres, todos los nombres. Dios es la misma vida.
También en la Biblia se dice que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Hoy comprendemos lo que quiere decir eso: llevamos a Dios en nuestro interior, porque está en cada una de nuestras almas, que son idénticas a él y poseen sus mismas cualidades. Por eso somos los creadores de nuestra propia realidad. Por eso tenemos que buscar a Dios en nuestro interior. Por eso hay que rescatar al Dios que llevamos dentro para empoderarnos y responsabilizarnos de nuestras vidas.
Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios porque Él quería experimentar y expandirse. ¿Cómo experimentar sin ir más allá de uno mismo? Dios se expandió en forma de almas para experimentar en la Nada lo contrario de sí mismo. En la Nada, en el Vacío, lejos de la Unidad, Dios experimentó la separación y, con ella, emociones como la confusión, la soledad, la tristeza o el miedo. Lo hizo a través de las almas que se escindieron de Él por pura generosidad: para ayudar a Dios a experimentar y a expandirse.
Dios sabe eso, y por eso no juzga ni castiga. No desprecia ni se enfada. No lo hizo nunca. En la Nueva Era esa verdad se desvela.
Llevamos a Dios en nuestro interior. Está en nuestras almas. Ellas son parte de Dios, por eso Él está en cada uno de nosotros, experimentándose a sí mismo.
Podemos conectar con Él sintiendo la vibración de la propia luz interna, pero para eso, para sentirlo plenamente en nuestro interior, hace falta confianza en uno mismo. Cuando esa confianza plena falta acudimos al Dios Omnipotente y Todopoderoso que nos ampara, refugiándonos en su abrazo infinito de amor y consuelo.
Su fuerza es nuestra fuerza. Su poder infinito, el nuestro. Su amor incondicional, la esencia que nos habita, que nos hermana, que nos da la vida.
Dios es amor y está en cada uno de nosotros. Conectar con Él nos ayuda a sentir el amor que llevamos dentro, a ver la vida con sus ojos y a expandir nuestra conciencia. Avanzamos así al ritmo de la Nueva Tierra.
Los ojos de Dios observan lo que sucede, comprendiendo que todo es perfecto. Su perspectiva disipa el miedo, la frustración y la tristeza y nos acerca a la verdad que todos llevamos dentro.
Hemos preparado un Ciclo de 21 Días de Conexión con Dios porque creemos profundamente que, al llenarte de su luz, al ver la vida con sus ojos, avanzarás hacia la Nueva Tierra con mucho más equilibrio y armonía. Su amor infinito te reconfortará. Su esencia despertará tu esencia, para que puedas recordar quién eres y para qué has venido, comprendiendo así el sentido de tu vida.
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