CUÁL FUE LA RELACIÓN ENTRE JESÚS Y MARÍA MAGDALENA

Jul 14, 2021

Jesús y María Magdalena se conocieron a los nueve años y se reconocieron al instante. Desde ese momento se hicieron amigos, aunque siempre hubo entre ellos un sentimiento de unidad más profundo, más cercano al amor de pareja, algo que por fin se materializó cuando Jesús comenzó su vida pública y volvieron a encontrarse. Llevaban diecisiete años sin verse.

 

Al principio, su relación de pareja no fue fácil, porque pocos miraban con buenos ojos a la recién llegada, ya que la consideraban una intrusa que distraía la atención de Jesús. Con el tiempo, ella fue ganándose el cariño de muchos, al aportar al grupo la energía femenina que les faltaba. María ayudaba a la gente como una más de los apóstoles y ocupó un lugar clave junto a Jesús.

 

Cuando llegó el momento, ambos tuvieron que abandonar Jerusalén e iniciar una vida en común, alejados de las miradas de la gente. Fue entonces cuando los dos se abrieron a un gran aprendizaje, enfrentándose a situaciones en las que tuvieron que elegir entre el amor de pareja y la lealtad a uno mismo.  

 

¿Fue Jesús un marido ideal? Depende de la perspectiva.

 

¿Fue María Magdalena la mujer perfecta? Lo mismo.

 

¿Por qué? Porque tu perspectiva con respecto a la pareja está influida por tres factores determinantes:

 

  1. Lo que aprendiste de tus padres.
  2. Cuánto te amas a ti mismo.
  3. El equilibrio entre tu energía masculina y tu energía femenina.

 

Gracias a su relación, ellos pudieron sanar su historia personal, su pasado y las creencias que adquirieron de sus padres. Aprendieron que la lealtad a uno mismo es imprescindible para compartir la vida con el otro. Descubrieron partes desconocidas de su ser, que salieron a la luz gracias a la presencia del otro, entre ellas, el valor, la fortaleza en circunstancias extremas y la paciencia.

 

Lo que cada uno de ellos aportó generó en su unidad Equilibrio, gracias a las preciosas capacidades de ambos: María, sensibilidad, amor incondicional, sensualidad creadora y fortaleza; Jesús, impetuosa presencia, conexión con Dios, dirección y propósito. Las energías femenina y masculina entremezclándose, para lograr una unidad más perfecta.

 

Conectar con ellos te ayuda a desarrollar esas capacidades y, también, a hallar el equilibrio entre ambas. María te ayuda a amarte a ti mismo por completo; Jesús, a empoderarte. Juntos te preparan para que puedas tener una relación de pareja más equilibrada y grata. Y si aún no tienes pareja, para encontrarla, porque el amor a ti mismo y tu empoderamiento generan carisma, y ese es uno de los mayores atractivos que puedes emanar.

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